No te midas por la cantidad de bugs que reportas: Una reflexión para testers que están empezando
- Juan Alejandro Pérez Bermúdez
- hace 1 minuto
- 2 Min. de lectura
Introducción
Cuando se empieza en el mundo del testing, uno de los momentos más incómodos es ese día en que no se encuentra ningún bug. Se abre la aplicación, se da un vistazo al flujo, revisamos todos los casos… y todo parece funcionar. Cero errores. Entonces surgen las dudas:
¿Estamos haciendo mal nuestro trabajo? ¿Deberíamos haber reportado algo? ¿Pensarán que no estamos aportando?

No están solos. Esta sensación es más común de lo que parece.
Pero lo que muchos no dicen es que la calidad no siempre se mide en bugs. A veces, nuestro mayor aporte es lo que prevenimos, no lo que detectamos.
No reportar errores no significa que no estás aportando
Hay ocasiones en que no hay errores que encontrar. El equipo de desarrollo hizo bien su trabajo, las validaciones eran claras y el diseño se revisó con cuidado. En esos casos, nuestro rol es confirmar que el sistema funciona como se espera. Eso también es un aporte enorme: estamos reduciendo la incertidumbre.
Un tester aporta tranquilidad. Y eso vale más de lo que se imagina.
La obsesión con “reportar algo” puede llevarnos por mal camino
Cuando nos enfocamos en encontrar bugs solo para justificar nuestra presencia, podemos caer en prácticas poco útiles:
Reportar errores irrelevantes o esperables.
Documentar comportamientos definidos por diseño.
“Cazar errores” en lugar de entender el propósito de la funcionalidad.
El buen testing no es una cacería sin sentido. Es un proceso de validación, exploración y conversación con el producto.
Existen otras formas de generar valor
Incluso si no se encuentran bugs, podemos aportar desde muchas dimensiones:
Confirmando que la documentación es precisa y completa.
Sugiriendo mejoras en la experiencia de usuario.
Identificando flujos confusos o poco intuitivos.
Proponiendo nuevos escenarios de prueba.
Dando feedback sobre el proceso de entrega.
Todo esto mejora la calidad, incluso si no termina en un bug report.
La calidad no es un número, es una conversación
La cantidad de bugs no refleja siempre la calidad de un software.
Un producto sin errores puede seguir siendo confuso, lento, excluyente o difícil de usar.
Y muchas veces, los testers que realmente aportan son quienes ayudan a prevenir esos problemas: haciendo preguntas, cuestionando supuestos y dando un feedback claro y oportuno.
Conclusión
Si hoy no encontramos errores, pero hicimos buenas preguntas, seguimos el proceso con criterio y entregamos retroalimentación útil… hicimos un excelente trabajo.
No nos midamos por la cantidad de bugs. Valorémonos por lo que ayudamos a construir: confianza, claridad y un producto más sólido.
¿Te sentiste identificado?
Esta reflexión forma parte de nuestra misión en QAConf: construir una comunidad donde el rol del tester sea valorado por todo lo que representa, no solo por lo que se detecta.
Te invitamos a compartir este post con colegas, compañeros de equipo y cualquier persona que esté dando sus primeros pasos en QA.
Comments